jueves, 31 de enero de 2008

Estructura Social: causa del desabastecimiento de leche y otros productos agrícolas

¡De los grandes cacaos a los grandes ganados!
Esta simple expresión, a grandes rasgos, puede describir las transformaciones económicas en el campo venezolano través de la historia.
En alguna época fueron las plantaciones de cacao y café, fundamentada en la mano de obra esclava, y cuando ésta fue abolida, en mano de obra rural sub-asalariada, sub-asistida y excluida.
Con la Venezuela post-petrolera, la migración de los campesinos a las ciudades, la dependencia forzada a una alimentación de importación debido en gran medida a los intereses extranjeros apuntalados por oligarcas y politiqueros, la poca incidencia tanto de la academia como de la ciencia y la tecnología en las políticas agrarias y a la falta de políticas agrícolas coherentes.

Sorprendentemente todo lo señalado son los elementos coyunturales que han permitido una baja producción y productividad agropecuaria y de alguna forma favorecido y sostenido la explotación ganadera extensiva.
La realidad estructural quedó patéticamente reflejada en el VI Censo Agrícola Nacional (1997). Si se hace una abstracción de que cada unidad de producción equivale a un productor, los resultados indican que menos del 1% de los productores están aprovechando casi la mitad de la superficie registrada y que aproximadamente el 2% (10.972 productores) aprovechan casi dos tercios de la superficie, el otro 98% (490.000 productores) aprovechan el tercio restante.
De las aproximadamente 30 millones de hectáreas registradas, casi 2,3 millones (7,7%) se reportan como agrícolas, cerca de 17 millones con pastos y forrajes (ganadería) y unas 10 millones (33,56%) se reportan como en descanso, barbecho y montes o bosques. Estudios avanzados correlacionan la última superficie descrita en conflicto entre la agricultura y la ganadería.
Producto de esos estudios enfocados en los ocho municipios de la Zona Norte del Táchira: Ayacucho, Jáuregui, García de Hevia, Panamericano, Samuel Darío Maldonado, San Judas Tadeo, Simón Rodríguez y Rómulo Acosta, correlacionando 72 variables extraídas tanto del VI Censo Agrícola como del Censo Poblacional 2001, se pudo concluir que la superficie con cultivos está correlacionada positivamente con indicadores de mejor calidad de vida: las expectativas de vida, la población económicamente activa, la asistencia a la educación de personas entre 7 y 24 años, el número y porcentaje de hogares y personas con necesidades básicas satisfechas, porcentaje de quintas y casas quinta, apartamentos, número total de viviendas lo cual se corrobora con correlaciones negativas asociadas al porcentaje de personas en pobreza extrema, al número y porcentaje de hogares hacinados y al porcentaje de viviendas inadecuadas.
En contraste, la ganadería se correlaciona positivamente con la pobreza, el número de hogares con necesidades básicas insatisfechas, el número y porcentaje de hogares en pobreza extrema, el número y porcentaje de viviendas inadecuadas, colectivas y ocupadas; el número de personas con necesidades básicas insatisfechas y en pobreza extrema, la tasa de natalidad y la mortalidad infantil en niños menores de 1 año, carencia de agua potable, porcentaje y número de hogares hacinados y número de personas que carecen servicios básicos; y se correlaciona negativamente con el número de pobladores, el número y porcentaje de superficie cultivada, las expectativas de vida, la asistencia a la educación de personas entre 7 y 24 años.
Un cambio en esta estructura requiere, además de una férrea voluntad política, acciones decididas del Estado fundamentadas en el mandato constitucional de la seguridad agroalimentaria y la Ley de Tierras, el apoyo a los pequeños y medianos productores para romper con las roscas y mafias que impiden la producción y productividad a través de la dependencia en todos los eslabones de las cadena productiva.
Claro que esto supone una lucha de clases, la misma que están generando los oligarcas cuando matan a los dirigentes campesinos y políticos que están empleando los mecanismos de la Ley de Tierras para confiscar tierras ociosas y/o sin dueños legales de las mismas.
Ese segmento oligárquico y latifundista menor del 2% de los productores, además de los vínculos mediáticos y la consolidación de sistemas establecidos con la complicidad de intereses económicos y políticos de la historia, tienen un enorme poder económico que se estima, solo para ellos y por concepto de semovientres por el orden de los 22,54 billones de bolívares; adicionalmente 1,4 billones de bolívares anuales por concepto de leche, que diariamente representa un circulante de 3,8 millardos. Si a esto se suma las industrias para dar valor agregado a los producto carne y leche, que salvo excepciones pertenecen a una mínima parte de ese 2%, entonces y solo entonces se podría visualizar el porqué se impide el crecimiento de los rebaños para mantener, por ejemplo, el precio de la carne dolarizado, y se mantiene el sistema extensivo e insostenible de la ganadería.
Lo peor del panorama descrito es que la generalidad de los pequeños y medianos productores utilizan los mismos esquemas de producción por lo que los indicadores de pobreza señalados anteriormente tienen sentido y conservan una relación de dependencia esclavista, sub-pago y exclusión con la que se sustentan la mayoría de estos sistemas ganaderos. Entonces se consiguen registros que reportan menos del 50% de los hombres con trabajos fijos remunerados y 16% de las mujeres con trabajos fijos remunerados, lo que indica que el resto de las personas trabajan por la comida y el hospedaje.
Finalmente, como un elemento estructural fundamental para generar profundos cambios estructurales, hay que señalar que el potencial productivo de algunas áreas, tales como las del eje del pie de monte Andino Panamericano, utilizando recursos locales y tecnología desarrollada para ese agrosistema, razonablemente, pudieran multiplicar la producción y productividad de leche en 100 veces y la productividad de carne en 10 veces sobre las bases de los indicadores actuales.

Vicente Contreras
Marzo 2007

No hay comentarios: